lunes, 15 de octubre de 2007

MARTA RODRIGUEZ

BIOGRAFIA
Realizadora colombiana nacida en 1933. Marta Rodríguez es egresada en Ciencias Sociales en Madrid, cursa estudios de lengua y civilización francesa en La Sorbona. Llega al cine de la mano de sus preocupaciones etnológicas y sociológicas, así como de su militancia política. Durante su estancia en Francia (1963-
1965) estudia cine junto a Jean Rouch. De regreso a Colombia, inicia la investigación para Chircales (1972), un combativo documental sobre la explotación y la miseria de los trabajadores empleados en la fabricación de ladrillos. Pudo concluirlo gracias a un premio obtenido con Planas: Testimonio de un etnocidio (1971), sobre el genocidio de la población indígena acusada de colaboración con la guerrilla. Clásicos en su género del cine latinoamericano, ambos filmes, galardonados con la Paloma de Oro en el Festival de Leipzig, fueron codirigidos por su marido, Jorge Silva (1941-1987), un fotógrafo que se convertirá en su infatigable colaborador. De dicha conjunción nace asimismo Nuestra voz de tierra, memoria y futuro (1973), que traduce mejor que ningún otro las inquietudes antropológicas de la realizadora, y Campesinos (1975), su película más explícitamente política, una lúcida visión de la situación del campesinado. Tras el cortometraje Nacer de nuevo (1987), acerca de la suerte de dos ancianos damnificados por una erupción volcánica, Marta Rodríguez rodó Amor, mujeres y flores (1984-88), de nuevo en colaboración con Jorge Silva, quien fallece antes de finalizarlo. Su trayectoria abarca, además: Amapola, la flor maldita (1994), Los hijos del trueno (1997), Nunca más (2001) La hoja sagrada (2002), y Una casa sola se vence (2003-2004).
Marta Rodríguez ha sufrido la falta de libertad de expresión no pudiendo distribuir sus documentales en su propio país, protegiendo la imagen de los testimonios para que no cobrasen la vida con ello.

“La resistencia se exorciza con cantos, los cronistas de lo que pasa son ellos mismos” (Marta Rodríguez)

“¿Cómo dar voz a las familias que se encuentran viviendo, de un día para otro, en un coliseo de cemento sin agua, luz, sin comida, con nada? ¿Cómo dar voz a los que les obligar a morirse de hambre y de balas? Esta vía de expresión, no se encuentra en los “noticieros”, no se encuentra en ninguna vía institucional, puesto que en Colombia, hablar de lo que pasa puede costar la vida. " (Marta Rodriguez)

FILMOGRAFIA

Chircales. 1966-1971, 42’, Colombia, 16mm, B/N*
Chircales es la búsqueda de una metodología adaptada a las condiciones socio-políticas de América Latina. Su filmación se inicia en el año 1966 al sur de la ciudad de Bogotá en un barrio llamado “Tunjuelito” donde existían grandes haciendas cuyos dueños arrendaban sus tierras para la producción artesanal de ladrillos. Colombia viene de vivir la violencia de los años 48, y grandes masas de población campesina migran a las ciudades, refugiándose en estas zonas sub-urbanas. Agricultores en su mayoría llegan a la ciudad con muy pocas herramientas para su subsistencia.Este Documental está basado en una investigación antropológica previa, realizada por Marta Rodríguez. Chircales es para sus realizadores un punto de partida para introducir dentro del trabajo de la elaboración de un documental la dimensión de las Ciencias Sociales, lo que nos permitirá penetrar con más profundidad en el mundo de estos desplazados. Durante los 5 años de la realización de CHIRCALES, los autores han aportado una metodología para la realización de un Cine Documental, en condiciones de violencia política y no-existencia de Escuelas de Cine, ni casas productoras de documentales, con las únicas herramientas de una cámara y una grabadora, han logrado durante 5 años, mostrar la poesía, la violencia, y la explotación de la familia Castañeda.

Nuestra voz de tierra, memoria y futuro. 1974 –1980, 90’, Colombia, 16mm, B/N
El film intenta una aleación entre dos términos arbitrariamente asumidos como disimiles. “El registro Documental y la Puesta en escena”. Cinco años en la experiencia de un grupo indígena, para develar desde adentro, la complejidad de un proceso que va de la sumisión a la organización, a la lucha por la supervivencia como culturas.Los indígenas han luchado y luchan hoy por la recuperación de sus tierras porque segun su propia voz, “la tierra es la madre, la tierra es la raíz de nuestra cultura”. Al recuperar la tierra el indígena comienza un proceso de recuperación cultural, un proceso de recuperación “critica”de su pasado, de su historia.La película hace un énfasis en la significación de este momento del proceso, en lo que significa para ellos”ver políticamente el pasado y pensar históricamente en el presente”. Recuperar críticamente la historia como culturas, para adherir el pasado, a la necesidad de transformar el presente, asumiendo que un pueblo que no tiene control sobre su pasado, no puede tener control sobre su presente, ni una opción futura. Un intento de cine “cultural”. Una propuesta, de asumir artísticamente el contexto dentro del cual un film es producido. Es un film concentrado básicamente en los procesos de pensamiento, que intenta acercarse al subconsciente de una cultura indígena andina, con la dialéctica con la que inter-actuan al interior de una realidad, Diablos y señores feudales o terratenientes, siervos y dueños, análisis y poesía, organización y magia, mito e ideología.

Amor, mujeres y flores. 1984-1989, 52’, Colombia, 16mm, color
Este documental denuncia como los pesticidas que están prohibidos en países como Estados Unidos, Alemania, Francia son exportados al Tercer Mundo y América Latina, produciendo lo que se denomina “La Bomba Atómica de los pobres”.En la Sabana de Bogotá empresarios de Estados Unidos, Francia y Japón, en los años 70 dan inicio a la INDUSTRIA de la Floricultura. Aprovechando la mano de obra barata, y las condiciones climáticas, se llega a producir, con muy bajos costos. Como el cultivo de las Flores es propio del trabajo femenino, dan empleo a unas 70.000 Mujeres. Como las flores se producen para la exportación, esto exige el uso de pesticidas, pues sus condiciones deben ser óptimas, trayendo como consecuencia graves alteraciones en la salud de las mujeres, y casos de muertes por la peligrosidad de los pesticidas.Premios: Francia : Festival INTERNATIONAL D´AURILLAC 1989 -Mención especial del jurado; 1990 - EE.UU. : “Golden - Gate - Award”; Honorable MENCION, Sociología, 33 Festival Internacional de Cine de San Francisco; ALEMANIA 1990, Festival de Cine de “MANNHEIM”, Premio al Documental que muestra los problemas de la clase obrera; Alemania “OKOMEDIA”, Festival Internacional sobre La Ecología, Ciudad de Freiburg, Premio Ecológico; 1991 Bogotá: Festival de Cine por La Vida, La Paz y la Ecología, Premio Documental Ecológico.

Nacer de nuevo. 1986-1987, 30’, Colombia, 16mm, color
Este documental es la historia de María Eugenia Vargas (71 años) y Carlos Valderrama (75 años); dos ancianos que habitaban a la rivera del río Guali, hasta que se desbordó por la avalancha de volcán nevado de Ruiz en noviembre de 1985, arrasando consigo casas, enseres, animales y todo cuanto tenían. Damnificados, después de la avalancha son llevados al estadio deportivo de Honda (Tolima), donde fueron alojados en carpas junto a las familias afectadas por el desastre de Armero. Allí viven desde entonces. Inicialmente conviven con estas familias damnificadas hasta que son trasladados a viviendas construidas por RESURGIR, entidad que maneja las Ayudas Internacionales. Los ancianos no son beneficiados con la vivienda por su avanzada edad, al considerar RESURGIR que ellos no pueden responder económicamente por las cuotas. Se marchan las familias y quedan los ancianos solos, abandonados en el inmenso estadio por RESURGIR y la CRUZ ROJA. Es aquí donde la película penetra su realidad. Ante esta situación y por necesidad de sobrevivir, se producen dos reacciones: María Eugenia, que ama profundamente la vida, pues es campesina raizal, llega a mendigar ayuda en la plaza de mercado de Honda para ella y sus animales, y no dejarse “Morir de hambre”. Carlos Valderrama, que fue albañil durante cuarenta (40) años, ya inhabilitado físicamente a causa de la artritis y por su avanzada edad no consigue trabajo. Lo único que lo alienta es el amor de María Eugenia, ya que su valor frente a la vida es para Carlos la única posibilidad de sobrevivir. Así se enamora de María Eugenia y quiere casarse con ella.Nacer de nuevo, es una crónica de la tercera edad, la lucha de la vida frente a la muerte. El tema principal es “el valor de vivir, el valor hasta para morir”, como dice al final de la película María Eugenia Vargas. Es también un reconocimiento del trabajo cinematográfico de 20 años, al cineasta colombiano Jorge Silva–compañero de Marta Rodríguez con quien inicio el trabajo de filmación de este documental y que lamentablemente falleció durante el rodaje el día 27 de enero de 1987. Es el compromiso de continuar nuestro trabajo cinematográfico por el cual dio su vida, “Dándole la voz a los que no la tienen” (Jorge Silva).

Hijos del Trueno. 1994-1998, 54’, Colombia
En los Andes Colombianos, Tierradentro es el corazón de la cultura Paez. Para ellos, NASA KIWE significa el territorio, que es uno de los ejes centrales de su identidad. Tierradentro fue el refugio y la muralla que les permitió hacer frente al conquistador español; Allí crearon ejércitos como el liderado por la Cacica Gaitana. En los años 30 el líder Manuel Quintin Lame inicio las luchas por la tierra, programa que retoma el consejo regional indígena del Cauca CRIC en 1971, que actualmente es la organización que los representa. El departamento del Cauca, que reúne la mayor parte de la población indígena del país: Paeces, Guambianos, Yanaconas y Coconucos, fue aprovechado por el narcotrafico para el cultivo de Amapola, de la que se extrae el látex necesario para la elaboración de la Heroína. En el mercado internacional de la droga, la Heroína representa un ingreso económico 4 veces mayor que el de la Cocaína. De otro lado el indígena, mano de obra barata, arrienda o vende sus tierras a bajo costo. Además desconocía la gravedad y los riesgos de estar ligado a estos cultivos ilícitos.La apertura del mercado a la competición internacional provoco una grave crisis en la agricultura, la caída del precio del café y del fique, que representaban la mayor fuente de ingresos para el indígena, abrió el camino para el cultivo de la Amapola. La oficina de antinarcoticos, financiado por los Estados Unidos, ha implementado la erradicación del los cultivos ilícitos utilizando herbicidas de alta toxicidad como el glifosato. Estos hebicidas están causando graves daños a la salud humana y a la ecología. Ya han reportado varios casos de niños con malformaciones congénitas.El lunes 6 Agosto de 1994, un fuerte terremoto azoto la comunidad indígena Paez, arrasando 12 resguardos y 9 cabildos indígenas. Murieron 1500 personas y hubo 1000 desaparecidos. La avalancha del río Paez expulso a los indígenas de sus territorios ancestrales.Este documental trata sobre las implicaciones de los cultivos ilícitos en las comunidades indígenas del Cauca y en el mundo místico de los Paeces, pues la avalancha del 6 de junio de 1994 es interpretada por sus medicos tradicionales como un llamado de la Madre Tierra que se siente agredida por la deforestación y los cultivos de Amapola. Así por medio del mundo místico los Paeces toman conciencia de la agresión a la Madre Tierra y dejan de cultivar la Amapola.

Una casa sola se vence. 2003-2004. 48’, Colombia, Betacam
En Colombia la intensidad de la guerra produce mil (1.000) desplazados por día. Esto genera una nueva geografía, nuevos territorios en donde se esta acumulando la tierra en manos de paramilitares guerrilleros y narcotraficantes. La geografía de esta violencia, de esta guerra por el territorio, afecta directamente a los grupos étnicos, comunidades Afrocolombianas, Indígenas y campesinos, que son convertidos en objetivo militar. La cartografía del terror hace que los nombres habituales de los pueblos, después de las masacres, se pronuncien con la Memoria del miedo. Los campesinos se ven obligados al éxodo, convirtiéndose sus lugares de origen, en pueblos malditos y aldeas fantasmas, que luego serán conocidos con la Memoria del Terror y de la muerte: La masacre de Mapiripan, La Masacre de la Mejor Esquina en el Urabá, La Masacre de Apartado, La Masacre del Chende. Sucesivamente se suman los nombres de la desolación y de su población expulsada, que será identificada con estos nombres.Es con algunas familias pertenecientes a esta población desplazada y oriundas de la región del Choco y Urabá Antioqueño, –región del pacifico Colombiano– con las cuales he trabajado los últimos tres años, que me han proporcionado a través de sus testimonios los elementos para la realización de este documental, cuyo objetivo es hacer oír la voz de quienes viven la guerra en Colombia, especialmente a través de las Mujeres que la padecen.El documental es un intenso testimonio que nos dio Marta Palma en el año de 1999, en el coliseo de Turbo, Urabá Antioqueño, donde vivieron tres años las comunidades Afrocolombianas desplazadas violentamente del Cacarica, en el bajo Atráto– Choco.La violencia del desplazamiento, la vida en el puerto de Turbo, en un barrio obrero, trabajando sin ningún medio para educar a sus cuatro hijos, la soledad y la perdida de su esposo, llevan a Marta a enfermarse de pena moral, para finalmente morir en agosto del año 2002. Es a su memoria que dedicamos este documental, como un homenaje a su lucha a su resistencia, y como un doloroso ejemplo de las madres, que en Colombia, victimas de la violencia y el desplazamiento, mueren prematuramente dejando un país lleno de huérfanos. Marta pertenecía a Clamores, una organización de mujeres desplazadas del Cacarica –Región del Bajo Atráto en el choco– que pidieron Reubicación urbana en Turbo, un puerto marítimo ubicado en el Golfo de Urabá sobre el mar Atlántico Colombiano. A la mayoría de estas mujeres les asesinaron su esposo e hijos y ya no tienen las condiciones físicas ni psicológicas para volver a sus territorios; tampoco existen las garantías mínimas de seguridad que permitan su sobrevivencia allí.

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